Para comenzar, una foto de unos perritos monísimos!! Hehe!
En Mandalay estuvimos dos días. El
primero decidimos visitar el centro de la ciudad y el segundo los alrededores.
A mi personalmente como ciudad me gustó mucho más Yangoon, ya que creo que
mantiene más la esencia.
En el centro fuimos a una pagoda que está en la colina más
alta de Mandalay, las vistas eran una pasada, pero la subida con el calor: una
matada. La bajada la amenizamos con un chico que quería practicar inglés y
estaba encantado de hablar con nosotros y hacernos alguna foto para enseñarla a
su profesora.
Por la tarde fuimos a la Pagoda Mahamumi Paya, que alberga en su interior un buda cubierto por una capa de oro de 15cm. Tan de oro que casi no se ve ya que lo tienen bajo máxima seguridad. Aun así son muchos los birmanos que van a rezar allí, como podéis ver.
El segundo día recorrimos los alrededores de Mandalay en moto: pagodas, vistas y más pagodas:
Vaca enorme en medio de la carretera
Trafico birmano
Y como no podía ser de otra forma, acabamos el viaje con una puesta de sol increíble desde el Puente de Teka, un puente de 1 kilómetro construido enteramente de madera de teka.
TIP: Si alguien va a Mandalay alguna vez, tiene que ir a Min
Thi Ha, en la 72 con la 28 y pedir unos Vermicelli!! Están buenísimos!! También
podéis probar el pan (parecido a la pita) y el té. Seréis los únicos turistas y
será difícil encontrar un sitio tan auténtico. Comimos allí dos días, no digo
más!